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Los Diez Mandamientos Kiboquianos

Queridos parroquianos, tarde o temprano, esto tenía que ocurrir. Creemos que es debido a que, dado el nivel y la importancia que está adquiriendo nuestra comunidad, era necesaria controlarla por medio de unos «mandamientos». Que ya nos conocemos, os descontrolais y luego pasa lo que pasa.

Y atento a esta cuestión, San Gambrinus, que es grande y nos proteje, ha tenido a bien enviarnos un profeta y ha querido que sea Antonio Medina. Él mismo nos ha contado la experiencia que vivió en sus propias carnes en aquel momento en que el santo se puso en contacto con él. En palabras de Antonio, así fue como ocurrió:

«Son el producto de una visión mística de San Gambrinus, que se me apareció en lo alto de la cómoda de mi dormitorio. Realmente no recuerdo haber tomado nada extraño antes del suceso. Eso sí, se me apareció en forma de Mollete con manteca colorá humeante, y cuando empezó a hablarme realmente me sorprendí… Me dijo: Antonio… Soy San Gambrinus. Difunde mis mandamientos entre tus semejantes, aunque te persigan por ello. No lo entendí muy bien, pero ahí están.»

Y he aquí el mensaje que nos transmite:

Queridos Kiboquianos (a partir de ahora voy a llamar así a todos/as los que frecuentan el susodicho bar, incluido su líder espiritual e ideólogo). A lo largo de estos años, y gracias a uno de los más fieles kiboquianos que es mi hijo, he llegado a pensar que en el Kiboca se ha fraguado algo más que una familia de consumidores compulsivos de café, cervezas, o mojitos… Sí queridos amigos, en el Kiboca se ha creado una auténtica religión o secta, en las que sus adeptos se mantienen fieles al líder espiritual por razones varias, e incluso cumplen a rajatabla sus mandamientos.

A saber:

1.- Amarás al Kiboca sobre todas las cosas, y al David como a ti mismo.
2.- No pronunciarás el nombre de otro bar en vano, con frases como «la ensaladilla del Morcón me gusta más».
3.- Santificarás las fiestas, por supuesto en el Kiboca.
4.- Honrarás al David, a su padre y a su madre.
5.- No matarás el tiempo en otro sitio que no sea el Kiboca.
6.- No cometerás actos impuros en los cuartos de baño del Kiboca, y si lo consigues, es que eres contorsionista o un fenómeno.
7.- No guindarás, hurtarás, mangonearás, o quitarás, picos u otros condumios que no se te hayan ofrecido gentilmente.
8.- No despotricarás de nada ni de nadie en la barra del Kiboca, y mucho menos del gobierno.
9.- No consentirás pensamientos ni deseos impuros, como tomarte la primera en El Posadilla o El Lacidulia.
10.- No codiciarás el Audi de tu líder espiritual o lo que es lo mismo, los bienes ajenos.

Amén.

Sólo nos queda dar las gracias a Antonio Medina, que al igual que Moisés hizo de enlace entre Dios y su pueblo, él ha oído la palabra de San Gambrinus y nos la ha hecho llegar.

Así que ya sabéis, vamos a portarnos bien y si os portáis mal… ¡por lo menos pasadlo bien!

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